1. Ten claro lo que quieres. Aunque parezca obvio, piensa cuáles son tus necesidades, a corto y a medio plazo. Plantéate qué te hará feliz cuando estés viviendo en tu nueva casa.
2. Una vez revisadas tus necesidades, analiza cuál es tu capacidad real para satisfacerlas ¿Con qué presupuesto cuentas? ¿Qué es imprescindible para ti? ¿A qué podrías renunciar? Al final tu casa ideal saldrá del equilibrio entre lo que te gusta y tu presupuesto.
3. Decide tu tipo de vivienda ¿Obra nueva o segunda mano? ¿Reformada o de origen? No hay elecciones erróneas, sólo circunstancias personales.
4. Además de la vivienda en sí, piensa también en su ubicación y entorno. El barrio debería ajustarse a tu personalidad y necesidades ¿Hay colegios? ¿Transporte público? ¿Está cerca del trabajo?
5. Valora también el estado del edificio y pregunta si hay derramas pendientes que puedan ocasionarte un gasto futuro. Averigua los gastos de comunidad: a todos nos gustan los residenciales con piscina, zona deportiva y jardín; pero piensa que a más servicios, más gastos.
6. Averigua si la vivienda tiene cargas. Es habitual que la vivienda en venta tenga hipoteca o algún tipo de carga, pero debes asegurarte de que se cancelan todas ellas en el momento de la firma notarial.
7. Infórmate de todos los trámites y gastos que vas a afrontar, más allá del precio de la vivienda. Asegúrate de tener la información necesaria sobre financiación si vas a solicitar un préstamo hipotecario.
8. Cuenta con el apoyo de profesionales. Es difícil abarcar todas las posibilidades en el mercado. Contar con profesionales cualificados simplifica el proceso, te da mayor seguridad y permite acceder a una oferta más amplia.
